martes, 29 de marzo de 2016

LAS BOLSAS DE LA VIEJECITA

Una viejecita iba por la calle cargando dos grandes bolsas de plástico, una en cada mano.
Una de las bolsas tenia un agujero por el que, de vez en cuando, se caía un billete de 100 euros.
Viendo esto, un policía se acerca y: Señora, se le están cayendo billetes de esa bolsa.
¡Gracias por avisarme! Voy a volver para recogerlos.
¡Un momentito! ¡No tan deprisa! ¿De dónde sacó usted todo ese dinero? ¿No lo habrá robado, verdad?
¡Oh, no! Verá: el jardín de atrás de mi casa linda con el aparcamiento del estadio de fútbol y cada vez que hay partido y los fans quieren orinar antes de entrar en el campo, se paran frente a los arbustos que dan a mi casa y hacen pis sobre mis flores.
Entonces, yo me escondo detrás de los arbustos con unas tijeras de podar bien grandes y, cada vez que alguno saca su pilila  para hacer pis sobre mis flores, yo le digo: “¡Deme 100 euros o se la corto!”
¡Oiga, no es mala la idea! ¡Le deseo que siga teniendo buena suerte! Pero, dígame una cosa: ¿Qué hay en la otra bolsa?
Bueno… ¡No todos pagan!

martes, 22 de marzo de 2016

HIJO EN LA UNIVERSIDAD

Un chico va a la Universidad en los Estados Unidos, pero a los tres meses se le acaba el dinero que le dieron sus padres.
Se le ocurre entonces una idea brillante y llama a su padre: Papá no vas a creer las maravillas modernas de la educación en este país. Resulta que aquí en mi Universidad tienen un programa para enseñar a hablar a los perros.
¿Y cómo puedo hacer para que acepten a Pluto,el perro de la casa?
Solo envíamelo con 1.000 $ y yo me encargo de matricularlo.
Así, el confiado padre envía al perro con los 1.000 $.
En los tres meses siguientes, el muchacho se gasta el dinero y de nuevo decide volver a llamar a su padre.
Bueno, y ¿cómo le va a Pluto?
Increíble papá. Ya habla hasta por los codos, pero ahora resulta que hay otro curso más avanzado, para enseñar a los perros a leer.
¡No jodas! ¿Y como hago para que entre a ese curso?
Sólo envíame 2.500 $ y lo matriculo.
Así es que el ingenuo padre le envía el dinero.
Al final del curso, el chico se da cuenta de que el perro ni habla, ni lee, ni nada de nada, así es que le pega un tiro al perro.
Cuando llega a su casa al final del semestre, el padre está feliz, esperándole.
¿Dónde está Pluto? Estoy deseoso de escucharlo hablar y leer. Ya tengo separada una revista de animales para que me la lea.
Papá, no me vas a creer. Yo lo tenía todo preparado para el viaje, cuando lo veo acostado en el sofá leyendo el New York Times, como todas las mañanas y de pronto me dice: Bueno ¿y tu viejo se sigue tirando a la pelirroja ésa que vive enfrente de su casa?
Espero que le hayas metido un tiro a ese perro hijo de puta, antes de que hable con tu madre.
Claro, papi. ¡Eso fue exactamente lo que hice!
Así se hace, hijo.
El chico se graduó y se convirtió en un político de enorme éxito

martes, 15 de marzo de 2016

RELATO SOBECOGEDOR.

Una familia modelo cenaba tranquilamente cuando la hija de diez años comenta: Tengo una mala noticia, ya no soy virgen.
Un silencio sepulcral se apoderó de la mesa y de repente empiezan las acusaciones mutuas.
El marido dirigiéndose a su mujer: Esto es para que veas como eres una mala madre. Por ir vestida como una cualquiera y flirtear con el primer imbécil que aparece por la puerta. ¡Claro, algún día esto tendría que ocurrir! ¡Con el ejemplo que ve la niña todos los días, no me extraña!
Ahora, el padre la toma con su hija mayor de 20 años: ¿Y tú? (Apuntándole con el dedo) Qué te pones a darte el lote en el sofá con ese novio tuyo, que tiene pinta de mariquita arrepentido, pero claro tu dices que es 'metrosexual' o como se llame esa cosa. ¡Es que eres igual a tu madre! Y la niña lo ve y quiere copiar.
La madre ya no aguanta más tanta humillación y le contesta: ¿Quién es el idiota que se gasta la mitad del sueldo en putas y tiene cara de despedirse de ellas en la puerta de casa? ¿Piensas que somos ciegas? Y aún más, sólo te diste de alta en Digital Plus para ver tus pelis porno y te pasas todos los fines de semana matándote a pajas con ruidosos finales incluidos. A mí por lo menos me la meten gratis y no eres tú. ¡Es que eres inútil hasta para eso!
Totalmente descontrolada y al borde del colapso, la madre le pregunta a la niña, con los ojos llenos de lágrimas: ¿Quién te hizo eso, mi niña? Cuéntame.
Entre sollozos y lágrimas, la niña le contesta: La profesora, que se ha enfadado y me ha quitado del Nacimiento y ahora ya no soy Virgen, soy vaca.

martes, 8 de marzo de 2016

SABIDURÍA JUDÍA

Moshe: Hijo, quiero que te cases con una dama que ya he escogido para ti.
Pero padre, yo quiero escoger a mi mujer.
Moshe: Es la hija de Bill Gates.
Bueno, en ese caso acepto.
(Moshe se reúne con Bill Gates)
Moshe: Bill, ya tengo al marido ideal para tu hija.
Bill Gates: Pero mi hija es muy joven aún para casarse.
Moshe: Tal vez, pero este joven es el vicepresidente del Banco Mundial.
Bill Gates: En ese caso, creo que lo podemos arreglar. Trato hecho, convenceré a mi hija para que acepte al muchacho.
(Finalmente, Moshe se reúne con el
presidente del Banco Mundial)
Moshe: Señor presidente, tengo a un joven recomendado para ocupar el cargo de vicepresidente de este banco.
Presidente: Pero ya tengo muchos vicepresidentes, inclusive más de los que realmente son necesarios.
Moshe: Lo que pasa es que este joven es el yerno de Bill Gates.
Presidente: En ese caso, considéralo contratado.
Así se hacen los negocios.
¿Alguna pregunta?

martes, 1 de marzo de 2016

MI TÍO DAMIÁN

Mi tío Damián se encontraba bien de salud, hasta que su mujer, (la tía Dorita) a instancias de su hija, mi prima Tota, le dijo: Damián, vas a cumplir 80 años, y es hora de que te hagas una revisión médica.
¿Y para qué, si me siento muy bien?
Porque más vale prevenir que curar, y la prevención debe hacerse ahora, cuando todavía te sientes joven-, contestó mi tía.
Por eso finalmente, el tío Damián fue a consultar al médico.
El médico, con buen criterio, le mandó a hacer exámenes y análisis de todo lo que pudiera hacerse en su mutualidad.
A los quince días el doctor le dijo que estaba bastante bien, pero que había algunos valores en los estudios que había que mejorar. Entonces le recetó:
Atorvastatina Grageas para el colesterol, Losartán para el corazón y la hipertensión, Metformina para prevenir la diabetes, Polivitamínico, para aumentar las defensas. Norvastatina para la presión, Desloratadina para la alergia.
Como los medicamentos eran muchos y había que proteger el estómago, le indicó Omeprazol y Diurético para los edemas.
Mi tío Damián fue a la farmacia y gastó una parte importante de su jubilación en la compra de varias cajitas primorosas de variados colores.
Al tiempo, como no lograba recordar si las pastillas verdes para la alergia, las debía tomar antes o después de las cápsulas para el estómago, y si las amarillas para el corazón, iban durante o al terminar las comidas, volvió al médico...éste, luego de hacerle un pequeño fixture con las ingestas, lo notó un poco tenso y algo contracturado, por lo que le agregó Alprazolan y Sucedal para dormir.
Esa tarde, cuando entró a la farmacia con las recetas, el farmacéutico y sus empleados hicieron una doble fila para que él pasara por el medio, mientras ellos lo aplaudían.
Mi tío, en lugar de estar mejor, se encontraba cada día peor.
Tenía todos los remedios en el aparador de la cocina y casi no salía de su casa, porque no pasaba momento del día en que no tuviera que tomar una pastilla.
A la semana, el laboratorio fabricante de varios de los medicamentos que él usaba lo nombró "cliente protector" y le regaló un termómetro, un frasco estéril para análisis de orina y una lápiz con el logo de la farmacia.
Tan mala suerte tuvo mi tío Damián, que a los pocos días se resfrió y mi tía lo hizo acostar como siempre, pero esta vez, además del té con miel, llamó al médico.
Este le dijo que no era nada, pero le recetó Tapsín día y noche y Sanigrip con efedrina, como le dió taquicardia le agregó Atenolol y un antibiótico, Amoxicilina de 1 gr. cada 12 horas por 10 días. Le salieron hongos y herpes y le indicacon Fluconol con Zovirax.
Para colmo, mi tío Damián se puso a leer los prospectos de todos los medicamentos que tomaba y así se entero de las contraindicaciones, las advertencias, las precauciones,  las reacciones adversas, los efectos colaterales y las interacciones médicas.
Lo que leía eran cosas terribles.
No sólo se podía morir, sino que además podía tener arritmias ventriculares, sangrado anormal, náuseas, hipertensión, insuficiencia renal, parálisis, cólicos abdominales, alteraciones del estado mental y otro montón de cosas espantosas.
Asustadísimo, llamó al médico, quien al verlo le dijo que no debería hacer caso de todas esas cosas porque los laboratorios las ponían por poner.
Y como le dolían las articulaciones le dieron Diclofenaco.
En ese tiempo, cada vez que mi tío cobraba la jubilación, iba a la farmacia donde ya lo habían nombrado cliente VIP.
Esto lo iba poniendo cada vez peor, razón por la cual el médico le recetaba nuevos e ingeniosos medicamentos.
Llegó un momento en que al pobre de mi tío Damián las horas del día no le alcanzaban para tomarse todas sus pastillas, por lo cual ya no dormía, pese a las cápsulas para el insomnio que le habían recetado.
Tan mal se había puesto, que un día, haciéndole caso a los prospectos de los remedios, se murió.
Al entierro fueron todos, pero el que más lloraba era el farmacéutico.
Aún hoy, mi tía afirma que menos mal que lo mandó al medico a tiempo, porque si no, seguro que se hubiese muerto antes.
¡Ah! Si no hubiera tomado nada y hubiese seguido con su régimen sanitario de pollo sin piel, pavo, lentejas, porotos, aceite de oliva, frutas, verduras de todos colores, poca sal y nada de azucar; con su copita de vino tinto natural, y caminando dos mil pasos diarios, segúramente seguiría vivito y coleando.
Cualquier semejanza con la realidad no es "pura coincidencia".