martes, 26 de abril de 2016

TRAVESURAS DE LA CUARTA EDAD

Bill y Sam, dos amigos de la tercera edad, se veían en el parque todos los días para alimentar a las palomas, observar las ardillas, discutir los problemas del mundo…
Un día Bill no llegó.
Sam no se preocupó mucho pensando que quizá tuvo un resfriado o algo parecido. Pero después de una semana, Sam realmente se preocupó, no sabía dónde vivía Bill, por lo que no podía averiguar qué le había pasado.
Pasado un mes, Sam fue al parque y sorpresa, ahí estaba Bill.
Sam estaba tan excitado y alegre de verlo que le dijo: Por lo que mas quieras Bill, dime qué te pasó.
Bill: He estado en la cárcel.
Sam: ¿En la cárcel? ¿Qué te pasó?
Bill: ¿Conoces a Sue, la linda camarera rubia de la cafetería donde voy a menudo?
Sam: Claro, que la recuerdo. ¿Qué pasa con ella?
Bill: Un día me demandó por violación. A mis 87 años, estaba tan orgulloso que cuando fui al juzgado, me declaré culpable. El maldito juez me condenó a 30 días de cárcel por mentiroso.

martes, 19 de abril de 2016

HUMOR BRITÁNICO

El Air Force One aterriza en el aero­puerto de Heathrow.
El presidente Obama recibe una cálida recepción por parte de la Reina.
Un Bentley de 1934 les conduce hasta el centro de Londres, donde cambian a un magnífico carruaje del siglo XXVII enganchado a seis caballos blancos.
Siguen en dirección al Palacio de Buckingham, saludando a los miles de británicos que animan el trayecto.
De pronto, el caballo de la parte trasera derecha, donde está la Reina, suelta el pedo más fuerte y horrendo que se haya oído en el Imperio Británico.
El olor es tan atroz que tanto el cochero como los pasajeros del carruaje, deben utilizar pañuelos sobre sus narices.
Los dos dignatarios de Estado hacen lo posible por ignorar el incidente.
La Reina, educadamente, le dice al presidente Obama: Señor Presidente, por favor, acepte mis disculpas, estoy seguro de que entiende que hay algunas cosas que incluso una reina no puede controlar.
Obama, siempre tratando de ser amable responde: Oh Su Majestad, hasta que lo ahora lo mencionó, pensé que era uno de los caballos…

martes, 12 de abril de 2016

LA RATA DE BRONCE

Un hombre entra en una tienda de antigüedades y observa la figura de una rata de bronce muy realista.
No tenía la etiqueta con el precio pero como le gustó decidió comprarla.
Llamó al dueño de la tienda y: ¿Cuánto pide por esta rata de bronce?
El propietario: Doce euros por la estatua y 500 euros por la historia.
El cliente le pagó 12 euros y: Me llevo sólo la rata porque no me interesa la historia.
Salió de la tienda y caminando calle abajo observó que le empezaban a seguir una cierta cantidad de ratas reales, vivas, que salían de los escondrijos y las alcantarillas. El hombre se sintió desconcertado y empezó a caminar más rápido. Unas calles más adelante la cantidad de ratas vivas que le seguían se convirtió en una marea de animales chillando y con aspecto amenazador. Salió corriendo en dirección al mar y mirando hacia atrás vio que las ratas podían contarse ahora por millones y que corrían más y más rápido. El hombre presa del pánico se acercó al muelle y tiró al mar la figura de la rata. Asombrosamente los millones de ratas saltaron al agua y se ahogaron todas.
El hombre volvió a la tienda de antigüedades y el dueño, al verlo: Vaya, vaya, creo que ha vuelto para saber la historia, ¿no?
No, lo que quiero saber es si tiene usted también figuras de políticos y sindicalistas.

martes, 5 de abril de 2016

TIERRA TRÁGAME

Edward, está en la fila del supermercado, cuando una rubia escultural lo saluda agitando la mano y le lanza una de aquellas sonrisas estremecedoras.
Edward, lujurioso mira hacia los lados, hasta que se convence que es con él. Decidido, deja la fila y se acerca a la bella mujer. Suavemente le dice: Disculpe, ¿nos conocemos?
Ella le responde con una sonrisa encantadora: Pues, tal vez yo esté equivocada, pero me parece que usted es el padre de uno de mis niños.
Edward se queda boquiabierto, mientras su memoria trabaja a toda velocidad, intentando recordar los detalles de la "única" vez que le fue infiel a su esposa. Extrañado le dice: ¿No me diga que usted es aquella stripper que en la despedida de soltero de mi mejor amigo en Miami, yo le hice el amor encima de la mesa de billar, en medio de aquella tremenda orgía, completamente borracho, mientras una de sus amigas me flagelaba?
Bueno, no exactamente, responde ella vi­siblemente avergonzada. Cuando le dije que usted es el padre de uno de mis niños, le quise decir que soy la profesora de su hijo.