martes, 29 de mayo de 2018

SABIDURIA ARABE

Un anciano árabe vivía en Estados Unidos desde hacía 40 años. Quería plantar patatas en su jardín, pero arar la tierra era un trabajo muy pesado para él y su único hijo Ahmed, estaba estudiando en París.
El pobre anciano decide mandarle un e-mail explicándole el problema:
"Querido Ahmed: Me siento mal porque no voy a poder plantar el jardín con patatas este año. Estoy muy mayor para arar la parcela. Si tú estuvieras aquí, sé que darías vuelta a la tierra por mí.
Que Alá esté contigo. Te quiere, papá".
Pocos días después recibe un e-mail de su hijo:
"Querido papá, por lo que más quieras, no revuelvas la tierra del jardín. Ahí es donde tengo escondido aquello.
Te quiere, Ahmed".
A las cuatro de la madrugada, entraron en su casa la policía, agentes del FBI, de la CIA, representantes del Pentágono..., dieron la vuelta a toda la tierra del jardín buscando materiales para construir bombas, ántrax o algo similar, pero, como no encontraron nada se fueron.
Ese mismo día el hombre recibe otro e-mail de su hijo:
"Querido papá: Seguramente ya podrás plantar las patatas. Es lo único que he podido hacer por ti desde París.
Te quiere, tu hijo Ahmed".

martes, 22 de mayo de 2018

PRIMERA CITA. PRIMERA VEZ

Era mi primera cita. Salí de casa sumamente nerviosa; no sabía qué era aquello. Además era la primera vez, sin embargo, yo lo había prometido y no podía echarme atrás.
No debía tener miedo. Al fin y al cabo era yo quién había pagado por él. Cuando llegué al quicio de la puerta un escalofrío estremeció todo mi cuerpo. Cuando la puerta se abrió, tuve que hacer un esfuerzo por controlar el temblor de las piernas. Entré. Él me estaba esperando, me tomó por el brazo y me llevó a una habitación. Con la mayor cortesía me invito a acostarme. Aunque era la primera vez que hacía aquello, cuando le vi me inspiró confianza y comprendí que no podría encontrar una persona más adecuada para hacerme lo que él estaba a punto de hacer.
Poco a poco, se fue acercando. Creo que notó mi nerviosismo, y trató de tranquilizarme diciéndome que sabía lo que había que hacer, cómo y dónde hacerlo. Lo había hecho cientos de veces y nunca había recibido ninguna queja.
Por fin, cuando mis músculos comenzaron a relajarse, me indicó cual era la postura más adecuada y poniéndome la mano en el hombro continuó diciéndome cosas agradables para darme ánimos.
La proximidad entre los dos se hizo casi dolorosa, sentí la presión de sus manos en mi brazo y el cálido y agradable aliento de su boca acercarse a mi rostro.
De repente me entró algo duro. Me cogió por sorpresa; mi cuerpo no estaba acostumbrado a este tipo de experiencias y comenzó a temblar. Pasaron minutos que me parecieron siglos; de pronto comencé a sentir un dolor insoportable y lance un grito a la vez que todo mi ser se estremecía.
A medida que transcurrían los minutos el dolor se iba haciendo más y más fuerte y no tardó en empezar a salirme sangre. Le dije que lo sacara, que me estaba doliendo mucho, pero me dijo que ya casi estaba y que no podía dejarlo así. Grité angustiada y dolorida hasta que se me saltaron las lágrimas.
Inesperadamente el dolor cesó y mi cuerpo fue recorrido por una indescriptible sensación de bienestar. Entonces me di cuenta de que todo había acabado, ya no tenía sentido seguir protestando. Llegó la hora de marcharse.
Le agradecí al dentista que me hubiese sacado esa muela que tantísimo me dolía y me despedí pidiéndole disculpas por mi exagerado comportamiento.
¡Adiós dentista!

martes, 15 de mayo de 2018

APARTAMENTO DE SOLTERO

Juan invita a su madre a cenar una noche en su apartamento de soltero. Durante la cena la madre no pudo por menos que reparar en lo hermosa que era Lourdes, la compañera de apartamento de su hijo. Durante mucho tiempo ella había tenido sospechas de que su hijo tenía relación con Lourdes y, al verla, la sospecha se acrecentó.
En el transcurso de la velada, mientras veía el modo en que los dos se comportaban, se preguntó si estarían acostándose juntos. Leyendo el pensamiento a su madre Juan le dijo: “Mama sé lo que estas pensando, pero te aseguro que Lourdes y yo sólo somos compañeros de apartamento”.
Aproximadamente una semana después, Lourdes le comentó a Juan que desde el día en que su madre vino a cenar, no encontraba el cucharón grande de plata para servir la sopa. Juan le dijo que, dada la posición económica de su madre, dudaba que se lo hubiese llevado, pero que de todas formas le escribiría una carta.
Así, que se sentó y escribió: “Querida mamá: No estoy diciendo que tú cogieras el cucharón de plata de servir salsas pero tampoco estoy diciendo que no lo cogieras, pero el hecho es que éste ha desaparecido desde que tú viniste a cenar a casa”.
Unos días más tarde, Juan recibe una carta de su madre que decía: “Querido hijo: No digo que te acuestas con Lourdes o que no te acuestas con Lourdes, pero el hecho es que si Lourdes se acostara en su propia cama, ya habría encontrado el cucharón de plata para servir salsas.
Con todo cariño. Mamá”.

martes, 8 de mayo de 2018

EL PIJAMA AZUL

La inteligencia es algo que se adquiere poco a poco y con bastante sacrificio.

Un hombre llama a su esposa desde el trabajo y le dice:
Querida, el jefe me pide que lo acompañe a pescar a Canadá con algunos clientes muy importantes. Nos vamos por una semana y ésta será una muy buena oportunidad para conseguir mi tan ansiado ascenso. No te olvides de meter suficiente ropa para una semana, además de la caña de pescar y la bolsa con los anzuelos, que cuando salga de la oficina lo pasaré a buscar. ¡Ah! Y no te olvides de incluir mi pijama de seda  azul.
A la esposa esto le suena un 'poquito' extraño y de lo más llamativo que necesitase un pijama tan lujoso para una excursión de pesca, pero como buena esposa hizo lo que su marido le pidió.
Una semana después regresa el marido, un poco cansado, pero contento. La esposa le da la bienvenida y le pregunta:
¿Pescaste mucho?
¡Ufff! No dejamos una trucha ni para muestra.
Pero, ¿por qué no metiste mi pijama azul, como te pedí?
Sí que lo hice, lo puse en la caja de los artículos de pesca.

martes, 1 de mayo de 2018

SABIA DECISIÓN


Una adolescente de catorce años le dice a su madre que desde hace un par de meses no tiene el período. Preocupadísima, la madre compra en la farmacia un "kit" del embarazo y el resultado de la prueba resulta positivo.
Gritos, lamentos, lágrimas... "¿Quién ha sido el cerdo? Quiero saber quién ha sido para decírselo a tu padre".
La chica, una vez a solas, hace una llamada telefónica.
Media hora después se detiene ante la casa un Ferrari último modelo, del que sale un tipo maduro y distinguido, de pelo entrecano, vestido impecablemente con un elegante traje que se adivina carísimo. Toma asiento en el salón, ante el padre, la madre y la hija y dice: "Buenos días, vuestra hija me ha informado del problema. Sin embargo yo no puedo casarme con ella porque tengo otra situación familiar, aunque me haré cargo. Si nace una niña le puedo legar 3 tiendas, 2 apartamentos, una villa en el mar y una cuenta de 500.000 euros. Si lo que nace es un niño el legado es un par de fábricas, además de los 500.000 euros. Si son gemelos, una fábrica y 250.000 euros por cabeza. Pero si se perdiera el feto..."
En este punto el padre, que había permanecido callado todo el tiempo, se levanta, le apoya una mano en el hombro y le dice: ...
¿Qué cree Vd. que dijo el padre?
(La respuesta en "soluciones")