martes, 30 de enero de 2018

QUE VIENE EL INSPECTOR

El profesor Manso está muy preocupado porque la próxima semana recibirá la visita del inspector que evaluará el nivel de conocimiento de sus alumnos. 
Piensa que la suerte está echada, pues, con la panda de zoquetes que le han tocado este curso no hay nada que hacer. Pero, tras una profunda reflexión decide tomar cartas en el asunto.
La siguiente semana, el inspector se presentó como había anunciado.
Prof. Manso: Buenos días, inspector. Aquí tiene a todos mis alumnos. ¡Pregunte, pregunte lo que quiera!
Inspector: Buenos días. ¿Qué país tiene forma de bota?
Los cuarenta alumnos levantaron la mano al mismo tiempo, queriendo contestar.
Prof. Manso: A ver, García.
García: Italia, señor.
Inspector: ¿Cuál es el logaritmo neperiano de e?
Los cuarenta alumnos levantaron la mano al mismo tiempo, queriendo contestar.
Prof. Manso: Estrada, responde.
Estrada: Uno, señor.
Inspector: ¿Quién escribió 'La vida es sueño'?
Los cuarenta alumnos levantaron la mano al mismo tiempo, queriendo contestar.
Después de treinta preguntas, el inspector se dio por vencido. Todo el mundo levantaba la mano, todo el mundo quería contestar a sus preguntas, y cada vez el profesor Manso escogía a un alumno distinto, pero fuese quien fuese éste nunca fallaba.
Inspector: Felicidades, profesor Manso. En 35 años de profesión no he conocido clase alguna con un nivel como la suya. Debe ser un orgullo trabajar con unos alumnos tan disciplinados.
En ese momento el profesor Manso esbozó una pícara sonrisa.
¿Es posible que el profesor Manso en una semana pudiera preparar a la panda de 40 zoquetes tan a conciencia como para no fallar ninguna pregunta del inspector?
(La respuesta, pronto en "soluciones")

martes, 23 de enero de 2018

UN ALUMNO MUY INGENIOSO

A un examen eliminatorio de inglés para la admisión en la Escuela Oficial de Idiomas, se presentaron más de 800 alumnos para cubrir un total de 90 plazas.
El examen duraba dos horas y cada alumno recibía una libreta azul.
El profesor, que era muy recto, anunció que si la libreta del examen no estaba sobre su pupitre después de dos horas exactamente, no se aceptaría y el alumno suspendería.
Media hora después de empezar el examen, un alumno entró a realizarlo y le pidió una libreta al profesor.
El profesor: “No le va a dar a Vd. tiempo a terminarlo”. (Y le dio la libreta)
El alumno: “Sí que lo terminaré”. (Se sentó y empezó a escribir)
Después de dos horas, el profesor pidió las libretas, y los alumnos, en fila, las entregaron. Todos menos el que había llegado tarde, que continuó escribiendo.
Media hora más tarde, éste se acercó a la mesa del profesor e intentó poner su libreta encima de las que ya estaban recogidas.
El profesor: “Ni lo intente, no puedo recogérsela. Ha terminado Vd. tarde”.
El alumno: (Mirándolo furioso e incrédulo) “¿Sabe Vd. quién soy?”.
El profesor: (Con un tono de voz sarcástico) “No, no tengo ni idea”.
El alumno: (Apuntándose a su propio pecho con su dedo y arrimándose al profesor de manera intimidante) “¿De verdad, no sabe Vd. quién soy?”.
El profesor: (Con un aire de superioridad) “No lo sé ni me importa”.
El alumno: “Bueno, pues me parece muy bien”. (Perdió su libreta entre las demás y se marchó de la clase)

martes, 16 de enero de 2018

ENEMIGOS ÍNTIMOS

Conocida fue la relación amorosa que hubo entre Emilia Pardo Bazán y Benito Pérez Galdós, pero también de dominio público la enemistad que llegaron a profesarse ambos.
En una ocasión, siendo ya mayores, se encontraron accidentalmente en unas escaleras. Él subía jadeante y ella empezó a bajarlas.
Mientras se cruzaban ella le espetó: Adiós, viejo chocho.
Pero tal y como lo soltó se dio cuenta que le había puesto en bandeja una magistral contestación a una de las mentes más brillantes de la literatura.
Pardo Bazán aceleró el pasó escaleras abajo, pero le dio tiempo a escuchar la réplica de su viejo e íntimo enemigo: Adiós, chocho viejo.

martes, 9 de enero de 2018

LA NECESIDAD DE CONOCER A TU ÍDOLO

El polifacético escritor, periodista y activista político de origen húngaro, Arthur Koestler no entendía la necesidad de algunas personas de conocer personalmente a sus ídolos.
Cierto día, tras ser saludado fervientemente por un admirador, Koestler comentó: Es como si te gusta el foie y ansías saludar personalmente a la oca.

martes, 2 de enero de 2018

HISTORIA DE UN POBRE BURRO

Kenny, un muchacho de la ciudad, le compró un burro a un viejo campesino por 100 dólares.
El anciano acordó entregarle el animal al día siguiente.
Pero, al día siguiente...
El campesino: Lo siento, pero tengo malas noticias, el burro se ha muerto.
Kenny: Bueno, entonces devuélvame mi dinero.
El campesino: No puedo, ya me lo he gastado.
Kenny: No importa, entrégueme el burro.
El campesino: ¿Y para qué? ¿Qué vas a hacer con él?
Kenny: Lo voy a rifar.
El campesino: ¡Estás loco! ¿Cómo vas a rifar un burro muerto?
Kenny: Es que no le voy a decir a nadie que está muerto.
Un mes después de este suceso, el campesino encontró nuevamente a Kenny, y...
El campesino: ¿Qué pasó con el burro?
Kenny: Lo rifé. Vendí 500 rifas a dos dólares cada una y gané 998 dólares.
El campesino: ¿Y nadie se quejó?
Kenny: Sólo el ganador, a él le devolví sus 2 dólares.
Kenny creció, y cuando fue mayor pasó a ocupar la dirección de la compañía ENRON.