Piensa
que la suerte está echada, pues, con la panda de zoquetes que le han tocado
este curso no hay nada que hacer. Pero, tras una profunda reflexión decide tomar
cartas en el asunto.
La
siguiente semana, el inspector se presentó como había anunciado.
Prof.
Manso: Buenos días, inspector. Aquí tiene a todos mis alumnos.
¡Pregunte, pregunte lo que quiera!
Inspector: Buenos días. ¿Qué país
tiene forma de bota?
Los
cuarenta alumnos levantaron la mano al mismo tiempo, queriendo contestar.
Prof.
Manso: A ver, García.
García: Italia, señor.
Inspector: ¿Cuál es el logaritmo
neperiano de e?
Los cuarenta alumnos levantaron la mano al mismo tiempo,
queriendo contestar.
Prof.
Manso: Estrada, responde.
Estrada: Uno, señor.
Inspector: ¿Quién escribió 'La
vida es sueño'?
Los
cuarenta alumnos levantaron la mano al mismo tiempo, queriendo contestar.
Después
de treinta preguntas, el inspector se dio por vencido. Todo el mundo levantaba
la mano, todo el mundo quería contestar a sus preguntas, y cada vez el profesor
Manso escogía a un alumno distinto, pero fuese quien fuese éste nunca fallaba.
Inspector: Felicidades, profesor
Manso. En 35 años de profesión no he conocido clase alguna con un nivel como la suya. Debe ser un
orgullo trabajar con unos alumnos tan disciplinados.
En
ese momento el profesor Manso esbozó una pícara sonrisa.
¿Es
posible que el profesor Manso en una semana pudiera preparar a la panda de 40
zoquetes tan a conciencia como para no fallar ninguna pregunta del inspector?
(La respuesta, pronto en "soluciones")