Los
médicos tenían cinco billetes mientras que los matemáticos tenían sólo uno.
En
cierto momento uno de los matemáticos dio la voz de alarma: “¡Viene el
cobrador!”.
Todos los matemáticos corrieron al baño más cercano y se encerraron dentro.
Todos los matemáticos corrieron al baño más cercano y se encerraron dentro.
El
cobrador, viendo que el baño estaba ocupado, golpeó a la puerta y dijo: “¡Billete,
por favor!”.
La
puerta se entreabrió y salió una mano con el billete.
El cobrador lo perforó y lo devolvió.
Cuando el cobrador se fue, los matemáticos salieron del baño
y se fueron a sentar tranquilamente, mientras los médicos los observaban asombrados.
En
el viaje de vuelta los médicos decidieron hacer la misma cosa y compraron sólo
un billete.
Los
matemáticos, sin embargo, no compraron ninguno.
En
cierto momento, durante el viaje, uno de los matemáticos exclamó: “¡Viene el
cobrador!”.
Los
médicos corrieron apresuradamente a un baño y los matemáticos a otro.
Uno
de los matemáticos sin embargo, antes de reunirse con sus colegas, golpeó la
puerta de los médicos y dijo, imitando la voz del cobrador: “¡Billete, por
favor!”.