Conocida
fue la relación amorosa que hubo entre Emilia Pardo Bazán y Benito Pérez
Galdós, pero también de dominio público la enemistad que llegaron a profesarse
ambos.
En una ocasión, siendo
ya mayores, se encontraron accidentalmente en unas escaleras. Él subía jadeante
y ella empezó a bajarlas.
Pero
tal y como lo soltó se dio cuenta que le había puesto en bandeja una magistral
contestación a una de las mentes más brillantes de la literatura.
Pardo
Bazán aceleró el pasó escaleras abajo, pero le dio tiempo a escuchar la réplica
de su viejo e íntimo enemigo: Adiós,
chocho viejo.
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