martes, 19 de abril de 2016

HUMOR BRITÁNICO

El Air Force One aterriza en el aero­puerto de Heathrow.
El presidente Obama recibe una cálida recepción por parte de la Reina.
Un Bentley de 1934 les conduce hasta el centro de Londres, donde cambian a un magnífico carruaje del siglo XXVII enganchado a seis caballos blancos.
Siguen en dirección al Palacio de Buckingham, saludando a los miles de británicos que animan el trayecto.
De pronto, el caballo de la parte trasera derecha, donde está la Reina, suelta el pedo más fuerte y horrendo que se haya oído en el Imperio Británico.
El olor es tan atroz que tanto el cochero como los pasajeros del carruaje, deben utilizar pañuelos sobre sus narices.
Los dos dignatarios de Estado hacen lo posible por ignorar el incidente.
La Reina, educadamente, le dice al presidente Obama: Señor Presidente, por favor, acepte mis disculpas, estoy seguro de que entiende que hay algunas cosas que incluso una reina no puede controlar.
Obama, siempre tratando de ser amable responde: Oh Su Majestad, hasta que lo ahora lo mencionó, pensé que era uno de los caballos…

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