lunes, 14 de julio de 2014

UN BUEN CATÓLICO

Un hombre mayor, italiano, que vivía en las afueras de Nápoles, fue a la iglesia local a confesarse.
Cuando el cura abrió el confesionario, el hombre dijo:
Padre, durante la 2ª Guerra Mundial, una bonita mujer golpeó a la puerta de mi casa y me pidió que la escondiera del enemigo. La escondí en mi altillo.
Esa acción fue maravillosa -contestó el cura- No tienes la necesidad de confesarlo.
No Padre, es que ella empezó a agradecerme mi acción con favores sexuales.
Estando en gran peligro y bajo esas circunstancias, dos personas pueden ser muy tentadas a actuar así. Pero si lo sientes verdaderamente, estás perdonado de hecho.
Gracias, Padre. Es una gran carga que le saca a mi alma. Pero tengo una duda más.
¿Y cuál es, hijo?
¿Cree Vd. que debería decirle que la guerra ha terminado?

No hay comentarios:

Publicar un comentario