martes, 2 de febrero de 2016

EL PSIQUIATRA Y EL CAMARERO

Desde pequeña siempre tuve miedo al irme a acostar porque creía que había alguien debajo de mi cama.
Cansada de ello, un día fuí a ver a un psiquiatra y le expliqué: Tengo problemas y no vivo tranquila cada vez que voy a acostarme creo que hay alguien debajo de mi cama. Tengo miedo. ¿Me estaré volviendo loca, tiene cura?
El psiquiatra: Con mis sesiones en doce meses estarás bien. Ven a verme tres veces a la semana y te curaré todos esos miedos.
¿Y cuánto me cobrará, doctor?
Barato, 80 euros la visita.
Bueno, un poco caro, pero si me cura, vale la pena.
Fuí tres sesiones y no volví a su consulta, porque  me suponía mucho dinero. Seis meses después, me encontré con el doctor en la calle.
Hola, ¿porque dejó de venir a mi consulta después de la tercera vez?
Bueno, doctor, 80 euros por consulta tres veces a la semana por doce meses era mucho dinero. Por suerte encontré un camarero en el bar que me curó en una sola sesión por diez euros y además con cerveza y tapa incluída.
¿No me digas? ¿Y se puede saber cómo un camarero que sólo sabe de servir tragos le curó por diez euros?
Pues sí, doctor, me dijo que cortara las patas de la cama. Ahora ya no puede haber nadie allí abajo.
Olvídense de los psicólogos y psiquiatras, tómense una cervecita o un vinito, disfruten de la vida y las amigas y hablen con el camarero.

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