lunes, 16 de diciembre de 2013

PARÁBOLA DEL CABALLO

Un campesino poseía algunos caballos que utilizaba en los trabajos de su pequeña hacienda. Un día, su capataz le trajo la noticia de que uno de los animales había caído en un viejo pozo abandonado.
El campesino fue rápidamente hasta el lugar del accidente y evaluó la situación, asegurándose que el caballo no se había lastimado. El pozo era profundo, y sería extremadamente difícil, por no decir imposible, sacar de allí al animal. Las dificultades, el tiempo y el precio en salarios necesarios para rescatarlo del pozo le hicieron pensar que no valía la pena intentarlo, por lo cual decidió sacrificar al caballo. Ordenó entonces a sus peones que lanzaran tierra dentro del pozo hasta cubrir al animal.
Pero, cuando comenzaron la tarea, los peones se dieron cuenta que, a medida que la tierra caía sobre el lomo del caballo, éste se sacudía, la tierra se iba acumulando en el fondo del pozo, y el animal subía poco a poco. Siguieron entonces echando tierra, hasta que el caballo consiguió salir.
Una parábola contenida en tal situación podría ser:
“Si está allá abajo, sintiéndose poco valorado, y ve cómo los demás lanzan sobre Vd. paladas de incomprensión y falta de apoyo, no acepte esa tierra. Sacúdasela y suba sobre ella. Cuanto más le tiren, más irá subiendo, hasta ocupar el lugar que le corresponde”.

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