Algo que caracteriza
a los grandes pensadores es su capacidad de atención. Cuando afirmamos que son
despistados es porque no hacen caso de lo que les decimos; tienen su mente
ocupada en otros menesteres.
Las dos historias
que vienen a continuación son un fiel reflejo de lo que acabamos de apuntar.
Cuentan que Ampere, el
famoso físico, dio en cierta ocasión, en compañía de su mujer, una fiesta.
Cuando aún estaban en los preparativos, la mujer se acercó a su marido y le
dijo: "Cámbiate la corbata. No te hace
juego con la camisa".
Ampere subió a la habitación. Después
de una hora, con la fiesta en su apogeo, aún no había bajado. La mujer, preocupada,
se acercó al dormitorio para ver lo que pasaba. Al llegar se encontró con su
esposo placidamente dormido en la cama, con el pijama puesto.
¿Qué había pasado? Cuando se
quitó la corbata, sin saber lo que hacía, siguió desnudándose. Se puso el
pijama y se acostó. Su mente estaba en otro lugar. Tal vez ocupada en el
análisis de la circulación de la corriente eléctrica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario